Ayer viendo unas fotos de mi última salida mi padre me hizo una crítica pública en la que me decía que podía ser que la escalada fuera gratificante para mi ego pero como bonito no había ni punto de comparación con el montañismo.
Le contesté que no era cuestión de ego, sino de sensaciones y superación personal. Él corrió durante toda su vida y me echaba en cara que yo "no tenía espíritu de sufrimiento" porque me dediqué al atletismo pero no quería hacer fondo porque no le veía sentido al correr por correr (hacía saltos).
Intenté compararle el que él se machacara corriendo para superarse a sí mismo con lo que es para mí conseguir subir una montaña por una vía complicada, en la que no sólo disfruto de la meta sino de todo el recorrido (bueno, todo todo no, pero tanto el después como el durante), pero he seguido pensando en ello y en el por qué nos complicamos. Qué motivaciones tenemos que sólo nosotros entendemos?
En la película de Everest el guía le preguntaba a sus clientes que por qué escalaban montañas, y todas las respuestas que daban eran absurdas. "Porque puedo" decía uno.
Noooo. Yo no me complico intentando hacer cosas más complicadas que "caminar" "porque puedo" sino porque quiero.
El disfrutar de los paisajes, de la montaña, del ejercicio, del aire puro, la tranquilidad y la inmensidad de la montaña se puede hacer subiendo tresmiles caminando. Pero por qué queremos ir "más allá"? qué nos motiva a hacer crestas, corredores, vías largas asumiendo un riesgo que tantos ven absurdo e innecesario?
Editado: 25-10-2016
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