La compré julio de este año. Es mi primera bota "seria" para hacer montañismo y la adquirí después de pensármelo mucho. Mi idea previa era pillar las Salewa Rapace GTX, de prestaciones similares (el tema de poder variar el grosor de las plantillas para usar diferentes calcetines es un detalle interesante, así como el sistema 3F de Salewa), pero, a pesar de probarme con detenimiento 3 tallas distintas, sentía que no me iban bien del todo. Estas de La Sportiva me convencieron desde el principio. Me di una vuelta por mi barrio de una hora, para confirmarlo, y lo único "raro" que noté fue un exceso de ceñido en la puntera de los pies, no a lo largo o ancho sino más bien a lo alto (no algo exagerado, pero sí una cierta sensación que llegas a percibir y que te deja un poco con la mosca detrás de la oreja). Tienen escaso margen para mover dentro de ellas los dedos de los pies. Lo curioso es que el mayor problema en este sentido lo he tenido todo el rato en el pie derecho, con el izquierdo siempre he ido bastante mejor (debe ser por esto de que los dos pies no son exactamente iguales).El primer día que me las probé en terreno fue en una ruta de unas 12 horas bastante bestia –justo lo contrario que se recomienda para estrenar botas, pero es que me daban bastante confianza en primera instancia, la verdad– y a las 2 o 3 horas me empezaron a escocer paulatinamente los laterales de ambos pulgares (primero el derecho, y 1 hora más tarde se unió el izquierdo). Intenté caminar con más cuidado. A la hora de la bajada me envolví con esparadrapo ambos pulgares y perfecto. No me llegó a salir ampolla pero sí callo. En las siguientes salidas no tuve problemas de esta índole, sin embargo, sí que notaba que, a las 5 horas de actividad, las plantas de mis pies se iban cargando y cargando hasta que andar se convertía, a las 7 horas, en un suplicio. Después de una salida de 27 km que hice en unas 8 horas, llegué a estar 3 días con la planta del pie fastidiado en el día a día. Me las llevé a Nepal a hacer el trekking del campamento base del Everest, pero esta vez con unas plantillas de gel Sidas, que le otorgaba amortiguación a cambio de perder aún más espacio en la parte de los dedos, y allí las jornadas de 6 horas bien, pero una semana después, ya en casa, me tiré una semana con los metatarsos de ambos pies cargados y doloridos hasta el punto que caminar era una molestia. Esto se fue pero ahora tengo una molestia extraña en el pulgar del pie derecho (si piso haciendo fuerza sin flexionar el dedo se convierte en dolor) que me tiene un poco asustado, aunque ahora, un mes después, lo noto un poco mejor.
CONCLUSIONES:
-No apta para trekkings largos (en mi caso a las 5 horas empiezo ya a sentir sobrecargados los metatarsos). Son más bien para ascensiones técnicas en 3 estaciones (en invierno son usables, en condiciones no extremas ni en demasiada altitud) o para trekkings exigentes pero cortos.
-Cuidado con las bajadas. Hay que apretarse más las botas, como es habitual, y el ajustado espacio para los dedos se reduce y en mi caso es aquí donde la molestia se convierte en sobrecarga intensa y dolor. El ajuste de los cordones va hasta muy abajo y no recomiendo apretarlos demasiado (sobre todo en la zona de los dedos), porque el tejido tiene mucha capacidad de ceñirse y enseguida te puedes pasar de rosca sin ser consciente a priori.
-La suela se me antoja algo estrecha (el que la suela sea estrecha no hace, por otro lado, que la horma sea particularmente estrecha, pues hace una curva que sobresale un poco por encima de la misma, lo que me da la impresión que favorece un poco el desequilibrio, un poco efecto "botas de patinaje en hielo") y carece de la suficiente amortiguación en mi opinión. Unas plantillas de gel pueden hacer algo pero entonces hay que replantearse la elección de talla porque el espacio dentro de la bota está pensado para la fina plantilla original que viene de serie. En este sentido también comentar que si se escoge talla con unos calcetines finos o medios, es bastante posible que con unos gruesos el pie quede embutido y sin circulación en la zona de empeine y dedos (yo lo he probado por curiosidad en casa y ni me planteo sacarlas con calcetines gruesos).
-Las he usado en invierno en Peñalara con -5 grados y calcetines medios y no he sentido nada de frío en los pies, pero hay que tener cuidado al margen de ello porque en la tienda me dijeron que era 3 estaciones.
-En la parte de tobillo es muy cómoda. La bota en general es cómoda, si no fuera por el espacio de los dedos y por la dureza de la suela al ser tan fina (porque en cuanto a flexibilidad, creo que es de las más flexibles dentro de las semirrígidas), lo que termina pasando factura si andamos mucho (en especial si hay mucha piedra de por medio), como he comentado. Creo que han querido hacer una bota semiautomática extraordinariamente ligera, y conseguirlo lo consiguieron, pero a un costo que reduce su confort en usos que en otras botas un poco más pesadas cumplen perfectamente.
Ahora lo que voy a hacer es comprarme unas botas de trekking con suela flexible tipo las Salewa ms mtn trainer mid GTX o las Arc'teryx bora 2 mid GTX (absurdamente caras, pero el tema del botín para refugios y para intercambiarlo por uno de invierno es un puntazo), para usar en 3 estaciones (incluyendo nieve en primavera), y voy a usar las Trango Guide para invierno en Sistema Central. He leído a gente con problemas crónicos en metatarsos y es lo último que quiero. Cuando me cargue las de La Sportiva supongo que las cambiaré por otras semirrígidas pero más especializadas en invierno siguiendo esta lógica, tipo las Mammut Magic High GTX (que sirven perfectamente para Pirineo invernal y Alpes estival). Mi idea original era usar estas de La Sportiva durante todo el año, pues me parecieron a priori unas botas muy polivalentes (y porque, para qué nos vamos a engañar, no quería dejarme 500 € en 2 pares de botas), pero, con todos estos problemas, pues como que no.
Un saludo,
Editado: 10-12-2017