BlackberryTuesday 28 july 2020 - 13:40:38
Hola, el otro día bajando del Puigmal tuve unos problemas o sensaciones raras que nunca me habían pasado, y he subido y bajado muchas montañas, durante muchos años, y quisiera saber si me pasa solo a mí, o les ha pasado a otra gente.
He estado unos días en el Ripollés,para despejarme del confinamiento obligado por culpa de la pandemia. He estado contabilizado como infectado por el covid, pese a tener síntomas mas bien ligeros, sin fiebre, pero con una especie de bloqueo pulmonar que duraba unos pocos segundos, y los tenía varias veces al día.
Al cuarto día de estar en la montaña, decidí subir al Puigmal desde el camping de Planoles, a unos 1.250 metros de altitud. Los días anteriores había estado haciendo salidas fáciles, el día que mas subí fueron ochocientos metros de desnivel, y las sensaciones físicas mas bien eran malas.
La tarde anterior caminé dos horas, la segunda de ellas bajo una fuerte tormenta, que hacía que tuviese como un ligero mareo y sensación de falta de aire. Y lo achaqué a eso que se dice de la carga eléctrica ambiental cuando hay tormenta, y que cuesta mas respirar por culpa de la diferencia de presión atmosférica.
También tuve un problema que no tenía hacía dos o tres años, un hernia discal que me fastidiaba un poco, pero no cuando caminaba.
Hubo tormenta durante varias horas, hasta entrada la noche, así y todo decidí intentar el Puigmal al día siguiente, si el clima lo permitía.
Salí muy tarde del camping, a las diez de la mañana, pero cómo hay luz hasta las diez de la noche, tenía margen.
En tres horas y veinte minutos llegué al Pas dels Lladres, a algo mas de 2.500 metros. Desde el coll de les Barraques me tuve que poner la chaquetilla cortavientos, The North Fake, porque hacía viento, y habían nubes bajas, aunque a veces parecía que se habrían las nubes y parecía que iba a tocar el sol.
En el Pas del LLadres ya no había niebla, desde ahí hasta el Puigmal, por la parte francesa estaba totalmente despejado, pero por la parte española, habían nubes de esas locales, como algodones gigantescos que se cambiaban de forma sin parar. En la cima del Puigmal, había una nube de esas que no se iba.
En menos de cinco horas llegué a la cima del Puigmal ( cerca del cámping hay un cartel que indica " Puigmal 6, 30 horas " ). Son unos 1.700 metros de desnivel, y unos 15 kilómetros, ( Que luego hay que bajarlos ).
Sólo estuve unos minutos porque hacía viento, estaba todo tapado por la niebla y hacía frio. Beber, picar algo de comida, guardar los bastones de treking y ponerme las rodilleras. No mas de diez minutos y para abajo.
Y aquí viene lo que me asustó un poco. En en el Pas dels Lladres hice la única parada del día, para comer algo contundente, y contemplar el paisaje.
Pan con queso, salchichón, una bolsa de aperitivo, chocolate y una barra energética, regado con te con limón en sobres, que compro en el Mercadona. Y también me tome una pastilla de café verde, pero descafeinado, porque las " cafeinadas " me ponen el corazón como una tambor loco.
Después de comer rápido, y empezar a bajar, enseguida me metí otra vez en la niebla, y a los pocos minutos, empecé a tener sueño, me entraron ganas terribles de tumbarme a dormir en medio de la nada. No estaba cansado, solo llevaba una seis horas y media de actividad. Unos minutos antes estaba perfecto, relajado y contento, con un ligero dolor de cabeza, pero eso ya es normal en mí.
Tuve un ligero temor de que me estaba pasando algo grave, y por supuesto no me tumbé, sino que seguí bajando por la niebla, pero por camino muy fácil. Conforme bajaba, se me iba pasando el sueño inusual e inesperado.
Llegado al coll de les Barraques, me tranquilizé, ya no hacía frío, había gente, me quité la chaquetilla cortavientos, y bajé de un tirón hasta el cámping. Allí me tumbé una hora en la tienda, hasta que me recuperé totalmente, y pude ducharme y cenar.
Recuerdo que hace unos años, bajando del Puigmal en un mes de octubre, un grupo de gente puretilla como yo, se despistaron en la niebla, se quedaron bloqueados, y uno o dos murieron de frío. Repito que en un mes de octubre. Yo he subido un mes de julio, pero con viento, niebla y frío notorio. Además habían anunciado riesgo de tormentas. Es normal y razonable que me asustase un poco.
Recuerdo haber leído gestas de alpinistas, sobre todo a gran altitud, que bajaban de las montañas como zombis, fatigados, al límite de sus fuerzas, y andando como autómatas, pero eso no es mi caso, porque estaba en una altura modesta, realmente apenas estaba cansado, simplemente me entró un sueño repentino, y unas ganas irresistibles de tumbarme a dormir, solo, en la niebla, con viento y en medio de la nada.
Le he dado vueltas al asunto, y he pensado de todo, desde los efectos secundarios del covid ¿ tres meses después ? hasta una especie de principio de ictus debido a la altura. Pero he estado a alturas mayores sin ningún problema. Meses atrás, estuve saliendo a la montaña como siempre, sin ataques de sueño, ni nada que se parezca. He tirado de internet, y lo mas parecido que he leído, es una fallo del hígado, que sucede después de comer.... pero yo como cada día.
¿ Alguno de ustedes ha pasado por algo parecido ?. ¿ Alguien de vosotros puede dar una opinión " médica " o con conocimiento de causa ?.
Un saludo.
Editado: 28-07-2020
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Última respuesta Thursday 30 july 2020 - 09:23